23 marzo 2009

LAS VOCES DE LOS DESAPARECIDOS

24 de Marzo



Así latimos después de 33 años
con un dolor visceral
que nos produjo la bestia
induciéndonos a soledades profundas.
A veces duele la presencia de tantas ausencias
“no importa quién habla” dijo Beckett
no importa
porque latimos en las voces vuestras
que permiten que ardan intactas
las hogueras de nuestra osadía,
para que las utopías dejen de ser utopías
y podamos aun hoy, acompañar
al que se anima, al que puede
al que no duda y tuerce el destino
que estaba fijado.
Puñaladas que no hirieron nuestros ideales
si no más bien multiplicaron nuestra causa,
bocas que no por violentadas han logrado callar,
no somos corazones latiendo entre piedras,
ni anónimos pájaros agobiados por el olvido,
si no el aliento para los luchadores desconsolados,
la plegaria inventada contra la desesperanza.
El júbilo por cada puerta que se abre
por cada corazón que se suma,
la suma de nuestras cortas vidas
tan intensas, tan hondas,
tan bien vividas.
Hoy se respira alguna tristeza,
susurros del invierno en que nos perdimos,
un espacio de ausencias
y quizás vean la falta como una falla
pero nosotros pudimos elegir, y elegimos
hasta ahí, quizás para abrir un camino,
tan posibilitado y tan carente,
pero con el ánimo de una fiesta futura,
una fiesta mas para todos, mas justa.
Aunando generaciones seguiremos vivos
respirando con ustedes nuestra lucha,
y hoy mas que nunca
vale la pena cada sueño recuperado.
Y cada vez que una joven alma se suma
y arropa nuestro recuerdo
sabemos que la larga noche gris
se va a terminar convirtiendo en paraíso.

Cecilia Jubera

10 marzo 2009

Alfredo Zitarrosa

Un hombre que hizo suya la lucha popular.

El poeta del pueblo ALFREDO ZITARROSA

HOY, 10 DE MARZO, EL FLACO ALFREDO, EL QUERIDO ALFREDO, CUMPLIRÍA
JÓVENES 73 AÑOS.
ÉSTE ES MI HUMILDE HOMENAJE

Guitarra negra

“Cómo haré para tomarte en mis adentros, guitarra. Cómo haré para que sientas mi torpe amor, mis ganas de sonarte entera y mía. Cómo se toca tu carne de aire, tu oloroso tacto, tu corazón sin hambre, tu silencio en el puente, tu cuerda quinta, tu bordón macho y oscuro, tus parientes cantores, tus tres almas, conversadoras como niñas. Cómo se puede amarte sin dolor, sin apuro, sin testigos, sin manos que te ofendan. Cómo traspasarte mis hombres y mujeres bien queridos, guitarra; mis amores ajenos, mi certeza de amarte como pocos. Cómo entregarte todos esos nombres y esa sangre, sin inundar tu corazón de sombras, de temblores y muerte, de ceniza, de soledad y rabia, de silencio, de lágrimas idiotas”.

Alfredo Zitarrosa

09 marzo 2009

Días de infancia

NANAS DE LA CEBOLLA
.
( Dedicadas a su hijo, a raíz de recibir una carta de su mujer,
en la que le decía que no comía más que pan: y cebolla)
.
La cebolla es escarcha
cerrada y pobre.
Escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla,
hielo negro y escarcha
grande y redonda.
.
En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar,
cebolla y hambre.
.
Una mujer morena
resuelta en luna
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete, niño,
que te traigo la luna
cuando es preciso.
.
Alondra de mi casa,
ríete mucho.
Es tu risa en tus ojos
la luz del mundo.
Ríete tanto
que mi alma al oírte
bata el espacio.
.
Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.
.
Es tu risa la espada
más victoriosa,
vencedor de las flores
y las alondras
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.
.
La carne aleteante,
súbito el párpado,
el vivir como nunca
coloreado.
¡Cuánto jilguero
se remonta, aletea,
desde tu cuerpo!
.
Desperté de ser niño:
nunca despiertes.
Triste llevo la boca:
ríete siempre.
Siempre en la cuna,
defendiendo la risa
pluma por pluma.
.
Ser de vuelo tan lato,
tan extendido,
que tu carne es el cielo
recién nacido.
¡Si yo pudiera
remontarme al origen
de tu carrera!
.
Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.
.
Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.
.
Vuela niño en la doble
luna del pecho:
él, triste de cebolla,
tú, satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa ni
lo que ocurre.

MIGUEL HERNÁNDEZ