“Hay gente que con solo decir una palabra
enciende la ilusión y los rosales;
que con solo sonreír entre los ojos
nos invita a viajar por otras zonas,
nos hace recorrer toda la magia.
Hay gente que con solo dar la mano
rompe la soledad, pone la mesa,
sirve el puchero, coloca las guirnaldas,
que con solo empuñar una guitarra
hace una sinfonía de entrecasa.
Hay gente que con solo abrir la boca
llega a todos los límites del alma,
alimenta una flor, inventa sueños,
hace cantar el vino en las tinajas
y se queda después, como si nada.
Y uno se va de novio con la vida
desterrando una muerte solitaria
pues sabe que a la vuelta de la esquina
hay gente que es así, tan necesaria.”
Hamlet Lima Quintana, folklorista argentino, Movimiento Nuevo Cancionero, “La amanecida”, “Zamba para no morir” , 1923-2002
QUIEN SE QUEDA EN CASA CUANDO COMIENZA LA LUCHA Y DEJA QUE OTROS LUCHEN POR SU CAUSA DEBE PRECAVERSE, PUES QUIEN NO HA COMPARTIDO LA LUCHA COMPARTIRÁ LA DERROTA NI SIQUIERA LA LUCHA PUEDE EVITAR QUIEN QUISIERA EVITARLA: PUES LUCHARÁ POR LA CAUSA DEL ENEMIGO QUIEN NO HAYA LUCHADO POR SU PROPIA CAUSA. AUTOR: BERTOLT BRECHT
09 octubre 2007
ODA A LA CUCHARA
Oda a la cuchara ,cuenca de la más antigua mano del hombre,aún se ve en tu forma de metal o madera el molde de la palma primitiva, en donde el agua trasladó frescura y la sangre salvaje palpitación de fuego y cacería.
Cuchara pequeñita, en la mano del niño levantas a su boca el más antiguo beso de la tierra, la herencia silenciosa de las primeras aguas que cantaron en labios que después cubrió la arena.
El hombre agregó al hueco desprendido de su mano un brazo imaginario de madera y salió la cuchara por el mundo cada vez más perfecta, acostumbrada a pasar desde el plato a unos labios clavelinos o a volar desde la pobre sopa a la olvidada boca del hambriento.
Sí, cuchara, trepaste con el hombre las montañas, descendiste los ríos, llenaste embarcaciones y ciudades, castillos y cocinas, pero el difícil camino de tu vida es juntarte con el plato del pobre y con su boca.
Por eso el tiempo de la nueva vida que luchando y cantando proponemos será un advenimiento de soperas, una panoplia pura de cucharas, y en un mundo sin hambre iluminando todos los rincones, todos los platos puestos en la mesa, felices flores, un vapor oceánico de sopa y un total movimiento de cucharas.
PABLO NERUDA
Cuchara pequeñita, en la mano del niño levantas a su boca el más antiguo beso de la tierra, la herencia silenciosa de las primeras aguas que cantaron en labios que después cubrió la arena.
El hombre agregó al hueco desprendido de su mano un brazo imaginario de madera y salió la cuchara por el mundo cada vez más perfecta, acostumbrada a pasar desde el plato a unos labios clavelinos o a volar desde la pobre sopa a la olvidada boca del hambriento.
Sí, cuchara, trepaste con el hombre las montañas, descendiste los ríos, llenaste embarcaciones y ciudades, castillos y cocinas, pero el difícil camino de tu vida es juntarte con el plato del pobre y con su boca.
Por eso el tiempo de la nueva vida que luchando y cantando proponemos será un advenimiento de soperas, una panoplia pura de cucharas, y en un mundo sin hambre iluminando todos los rincones, todos los platos puestos en la mesa, felices flores, un vapor oceánico de sopa y un total movimiento de cucharas.
PABLO NERUDA
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